But the God of all grace, who hath called us unto his eternal glory by Christ Jesus, after that ye have suffered a while, make you perfect, stablish, strengthen, settle you.
Sucedió que durante cerca de cuarenta dÃas aparecieron en toda la ciudad, corriendo por los aires, jinetes vestidos de oro, tropas armadas y formadas en escuadrones, espadas desenvainadas,
escuadrones de caballerÃa en orden de batalla, ataques y cargas de una y otra parte, movimientos de escudos, muchas lanzas, flechas, lanzazos, resplandor de armaduras y corazas de toda clase.
Todos suplicaban que aquellas apariciones anunciaran algo bueno.
Jasón hizo una cruel matanza de sus conciudadanos, sin darse cuenta que las victorias contra los de su propia nación son la mayor derrota; creÃa triunfar sobre enemigos cuando, en realidad, eran los de su pueblo.
Pero no pudo mantenerse en el poder y, sin haber logrado otra cosa que su propia vergüenza, tuvo que huir de nuevo a la tierra de Ammán.
Por último, tuvo un final desastroso; acusado ante Aretas, rey de los árabes, huyendo de ciudad en ciudad, perseguido por todos, despreciado como renegado de las leyes y odiado como verdugo de la patria y de sus conciudadanos, fue desterrado a Egipto.
Perecieron jóvenes y viejos; fueron asesinados hombres, mujeres y niños y pasaron por la espada tanto a niños de pecho como a muchachos.
En sólo tres dÃas hubo ochenta mil vÃctimas; cuarenta mil perecieron en la matanza y otros tantos fueron vendidos como esclavos.
No contento con esto, AntÃoco se atrevió a entrar en el Templo más santo de toda la tierra, guiado por Menelao, el traidor a las leyes y a la patria.
Con sus manos manchadas tomó los vasos sagrados y arrebató con sus manos profanas los objetos que otros reyes habÃan regalado para gloria y honor del Templo.
Pero, al actuar AntÃoco en forma tan insolente, no sabÃa que el Señor lo dejaba profanar su Templo para castigar a los habitantes de la ciudad, porque sus pecados lo habÃan hecho enojarse.
AntÃoco, llevando consigo mil ochocientos talentos que habÃa robado del Templo, partió rápidamente para AntioquÃa, tan orgulloso que se hubiera creÃdo capaz de navegar por tierra y andar a pie por el mar.