y se preparan para asaltar la fortaleza en la que estamos refugiados. Su jefe es Timoteo.
Vengan en seguida a librarnos de sus manos, que muchos de entre nosotros han muerto ya;
todos nuestros hermanos que vivÃan en el paÃs de Tob han sido asesinados, sus mujeres e hijos han sido llevados cautivos, muriendo como mil hombres.»
Estaban leyendo esta carta, cuando llegaron de Galilea otros mensajeros que rasgaron su ropa y les transmitieron este recado:
«Se han unido los de Tolemaida, Tiro, Sidón y toda la Galilea de los paganos, para acabar con nosotros.»
Cuando Judas y sus hombres escucharon estas noticias, reunieron una gran asamblea para examinar lo que podÃan hacer en favor de sus hermanos que estaban en apuros y debÃan luchar por su vida.
Dijo Judas a su hermano Simón: «Escoge hombres y anda a librar a tus hermanos en Galilea; yo y mi hermano Jonatán iremos a Galaad.»
Entre tanto, Judas Macabeo y su hermano Jonatán pasaron el Jordán y caminaron por el desierto durante tres dÃas.
Allà encontraron a los nabateos, que los recibieron amistosamente y los pusieron al tanto de lo que ocurrÃa a sus hermanos de la región de Galaad.
Les dieron la noticia de que muchos de ellos se habÃan atrincherado en las cercanÃas de Bosorá, Alema, Casfor, Maqued y CarnaÃm, todas ciudades fuertes y grandes,
Cuando Judas llegó al borde del torrente, colocó a los oficiales del pueblo a la orilla y les ordenó: «No dejen acampar a nadie, sino que todos vayan al combate.»
Judas atravesó primero hacia el enemigo, y toda su gente lo siguió. Derrotaron a todos los paganos, que abandonaron sus armas y corrieron a buscar refugio en el recinto sagrado de CarnaÃm.
Pero los judÃos tomaron la ciudad y quemaron el recinto sagrado con todos los que estaban dentro. Los de CarnaÃm fueron aplastados y ya nadie pudo resistir a Judas.
Judas reunió a todos los israelitas de la región de Galaad, pequeños y grandes, a sus mujeres, hijos y pertenencias, una inmensa muchedumbre, para llevarlos al paÃs de Judea.
Llegaron a Efrón, ciudad importante y fuerte, situada en el camino. Necesariamente tenÃan que pasar por ella, ya que no habÃa posibilidad de desviarse ni a la derecha ni a la izquierda.
Pero los habitantes les negaron el paso y bloquearon las entradas con piedras.
Judas y sus hermanos organizaron una expedición al Negueb para combatir a los hijos de Esaú. Tomó Hebrón y sus aldeas, arrasó sus murallas y prendió fuego a sus torres de defensa.
Luego partió en dirección al paÃs de los filisteos y atravesó Marisa.
Algunos sacerdotes que querÃan hacerse los valientes cayeron aquel dÃa por haber atacado imprudentemente a los enemigos.
De allà pasó Judas a Azoto, en el paÃs de los filisteos, derribó sus altares, incendió las estatuas de sus dioses, saqueó la ciudad y luego se volvió a Judá.