Paul, an apostle of Jesus Christ by the will of God, and Timothy our brother, unto the church of God which is at Corinth, with all the saints which are in all Achaia:
«El rey Alejandro, a nuestro hermano Jonatán, paz.
Hemos oÃdo de ti que eres hombre valiente y muy digno de ser amigo nuestro.
Por eso, hoy te nombramos Sumo Sacerdote de tu nación y te concedemos el tÃtulo de Amigo del Rey (y le mandó un vestido de rojo púrpura y una corona de oro). Asà te invitamos a cuidar nuestros intereses y guardarnos tu amistad.»
Ustedes siguen observando los convenios hechos con nosotros y se portan como amigos nuestros, y no se unen a nuestros enemigos. Lo sabemos y nos alegramos.
Los descargaremos de muchos impuestos y les concederemos regalÃas.
Y desde ahora y para siempre hago a todos los judÃos libres de los tributos, del impuesto de la sal y de las coronas.
Renuncio de hoy en adelante al tercio de la cosecha y a la mitad de los frutos de los árboles que tengo derecho de exigir en la región de Judea y en los tres distritos anexos de Samaria y Galilea.
Concedo la libertad gratuitamente a todos los cautivos que fueron llevados de Judea a todo mi reino. A todos los hago libres de los impuestos que me deben por sus ganados.
Una parte de ellos serán mantenidos en guarnición en las fortalezas del rey, y se concederá a algunos de ellos los puestos de confianza del rey; sus jefes serán elegidos entre ellos mismos y vivirán según sus leyes, como lo ha dispuesto el rey para la tierra de Judea.
Los tres distritos de Samaria que fueron agregados a Judea, se considerarán como parte del territorio judÃo y, para que no haya conflicto de poderes, no estarán sometidos a otra autoridad que la del sumo sacerdote.
Doy, además, todo lo que debÃan pagarme los administradores en los años anteriores.
Remito, además, las cinco mil monedas de plata que cada año se cobraban de los tributos del Templo, y se las doy a los sacerdotes que están a cargo del culto. Todo aquel que por deudas con los impuestos reales o por cualquier otra deuda,
Cuando Jonatán y el pueblo escucharon tales ofrecimientos, no los creyeron ni los aceptaron, porque recordaban los graves males que Demetrio habÃa causado a Israel y los malos tratamientos a que los habÃa sometido.
Y Jonatán llegó a Tolemaida con gran pompa, encontrándose con los dos reyes. Entonces ofreció a cada uno y a sus Amigos gran cantidad de oro y plata, y otros muchos regalos, ganándose asà su favor.
Algunos hombres renegados, la peste de Israel, se presentaron juntos para acusarlo, pero el rey no les hizo caso.
Acamparon junto a Jafa, pero los habitantes de la ciudad le cerraron las puertas porque habÃa allà una guarnición de Apolonio. Entonces Jonatán ordenó atacar.
La gente de la ciudad se atemorizó y le abrió las puertas, y Jonatán ocupó Jafa.
Luego se dirigió a Azoto, simulando atravesar el paÃs, pero, en realidad, sus tropas se extendÃan por toda la anchura de la llanura, porque tenÃa mucha caballerÃa en la que confiaba. Jonatán lo persiguió en dirección de Azoto y entablaron combate.
Apolonio habÃa dejado mil jinetes escondidos detrás de Jonatán,
pero Jonatán fue informado de la emboscada. Los jinetes rodearon a sus hombres y dispararon flechas desde la mañana hasta la tarde.
Pero los israelitas les hicieron frente, como habÃa ordenado Jonatán, hasta que los caballos se cansaron.
Entonces Simón avanzó con los suyos y atacó la infanterÃa cuando ya la caballerÃa estaba agotada; los enemigos fueron derrotados y huyeron.
La caballerÃa se dispersó por la llanura y los fugitivos llegaron a Azoto, entrando en el templo de Dagón, su Ãdolo, para salvar su vida.