amenaza al monstruo de los cañaverales, al tropel de toros, a los dueños de los pueblos para que se sometan y te ofrezcan oro y plata. Dispersa a los pueblos que aman la guerra.
Desde Egipto vendrán los más ricos, EtiopÃa tenderá a Dios sus manos.
Reinos de la tierra, canten a Dios, toquen para el Señor,
que cabalga por los cielos seculares. ¡Oigan su voz, su voz que es poderosa!