Una cosa al Señor, sólo le pido, la cosa que yo busco es habitar la casa del Señor mientras dure mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y cuidar de su santuario.
Señor, oye la voz con que a ti clamo, escucha, por piedad.
Mi corazón de ti me habla diciendo: "Procura ver su faz".
Es tu rostro, Señor, lo que yo busco, no me escondas tu cara. Con enojo a tu siervo no rechaces; eres tú mi defensa, ¡no me abandones, no me dejes solo, mi Dios y Salvador!
Si me abandonaran mi padre y mi madre, me acogerÃa el Señor.