Habitaron primero Mesopotamia, pero no quisieron seguir a los dioses de sus padres, que vivÃan en Caldea.
Se apartaron del culto de sus padres y adoraron al Dios del cielo, al Dios que habÃan reconocido. Por esto, sus padres los despidieron de la presencia de sus dioses y se refugiaron en Mesopotamia, donde permanecieron largo tiempo.
Pero su Dios les aconsejó salir de su casa y marchar a la tierra de Canaán; se establecieron en ella y adquirieron oro, plata y gran cantidad de ganado.
luego habitaron el paÃs de los amorreos y acabaron por la fuerza con todos los jebonitas. Pasaron el Jordán, ocuparon toda la montaña
y despidieron al cananeo, al fereceo, al jebuseo, a los siquemitas, a todos los guirgaseos, y permanecieron allà mucho tiempo.
Mientras no ofendieron a su Dios vivieron felices, porque estaba con ellos un Dios que odia el mal.
Pero cuando se apartaron del camino que les habÃa trazado, fueron exterminados en numerosos desastres y desterrados a otros paÃses; el Templo de su Dios fue arrasado y sus ciudades tomadas por los enemigos.
Cuando Ajior terminó de hablar, el pueblo reunido en torno a la tienda comenzó a criticar. Los magnates de Holofernes y los habitantes de la costa de Moab hablaron de apalearlo.
«¡No tememos a los hijos de Israel! Es un pueblo sin fuerza que no está preparado para una lucha dura.