El veintidós de enero del año dieciocho, se trató en el palacio de Nabucodonosor, rey de Asiria, sobre la manera de vengarse de las otras naciones, tal como lo habÃa anunciado.
Convocó a sus ministros y a sus grandes y tuvo con ellos un consejo secreto. El mismo expuso todos los planes
y todos decidieron destruir a los que habÃan despreciado el llamado del rey.
«Asà habla el rey grande, señor de toda la tierra: Toma contigo unos ciento veinte mil infantes valientes y una gran cantidad de caballos, con doce mil jinetes,
y anda contra todo el occidente, ya que se opusieron a mis planes.
Arruinó Put y Lidia, a los hijos de Rassis y a los de Ismael, que están en el desierto, al sur de Jeleón.
Atravesó el Eufrates, recorrió Mesopotamia, destruyó todas las ciudades altas que dominan el torrente Abrona y llegó hasta el mar.
Se apoderó de Cilicia, derrotando a cuantos se le oponÃan; llegó a la frontera de Jafet por el sur, frente a Arabia;
rodeó a la gente de Madián, incendió sus tierras y tomó sus ganados;
en el tiempo de la siega del trigo bajó a la llanura de Damasco, incendió sus campos, dispersó sus ovejas y bueyes y mató a cuchillo a todos los jóvenes.