Partió el joven con el ángel, y el perro los seguía.
El joven bajó al río para lavarse los pies, cuando del agua saltó un gran pez que por poco le devora el pie. Tobías gritó,
pero el ángel le dijo: «Tómalo y no lo dejes escapar.» El joven se apoderó del pez y lo sacó a tierra.
El ángel agregó: «Abrelo; sácale la hiel, el corazón y el hígado, y guárdalos.»
El joven abrió el pez y sacó la hiel, el corazón y el hígado. Luego cocieron el pez y se lo comieron. Después continuaron su camino hasta cerca de Media.
El joven preguntó al ángel: «Hermano Azarías, ¿qué remedios son el corazón, el hígado y la hiel del pez?»
Le respondió: «Si se quema el corazón o el hígado del pez ante un hombre o mujer atormentados por un espíritu malo, el mal desaparece para siempre.
Con la hiel se untan las manchas blancas de los ojos y quedan sanos.»
Llegaron a Media y, estando ya cerca de Ecbátana, Rafael dijo al joven:
«Hermano Tobías.» El respondió: «¿Qué quieres?» Y añadió: «Esta noche nos quedaremos en casa de Ragüel; es tu pariente y tiene una hija llamada Sara;
ella es hija única y tú eres el más cercano y el único que tiene derecho a heredar los bienes de su padre. Es una joven de buen criterio, valiente y muy hermosa, a la que su padre quiere mucho.
Tú tienes derecho de obtenerla; así que escúchame, hermano. Esta noche hablaré a su padre para que te la dé por esposa, y cuando regresemos de Ragués celebraremos la boda. Estoy seguro que Ragüel no puede negártela ni darla a otro, pues se haría reo de muerte según la ley de Moisés, porque eres tú quien tiene derecho a casarse con ella.»
«Hermano Azarías, he oído decir que esta joven ya ha sido dada a siete maridos y que todos han muerto la noche de bodas. También he oído decir que un demonio los mataba. Por eso tengo miedo, pues a ella no le hace nada, porque la quiere, pero sí mata al que intenta acercársele. Soy hijo único y, si muero, el dolor lTobará a la tumba a mis padres.»
Respondió el ángel: «¿Acaso has olvidado las recomendaciones de tu padre, que te mandó tomar esposa de su familia? Hermano, no te preocupes por el demonio y cásate con ella. Te aseguro que esta misma noche ella será tu esposa.
Cuando entres en la habitación de los esposos, toma el corazón del pez y parte del hígado y ponlo sobre las brasas del perfumador.
Cuando el demonio huela ese aroma, huirá para no volver más al lado de Sara.
Y tú, cuando vayas a unirte a ella, rueguen al Dios misericordioso, que se compadecerá y los salvará. No temas, Dios te la destinó desde siempre. Tú la salvarás, ella irá contigo y te dará hijos.»
Cuando Tobías oyó estas palabras, ya estuvo enamorado de ella.