Como habÃa abundantes alimentos dije a TobÃas: «Hijo mÃo, busca entre los desterrados de NÃnive, entre aquellos que se acuerdan del Señor, a uno de los más pobres, y tráelo a comer con nosotros. Espero hasta que vuelvas.»
TobÃas salió en busca de alguno de nuestros hermanos pobres y, cuando regresó, me dijo: «Padre, asesinaron y arrojaron a la plaza a uno de nuestro pueblo y aún está allÃ.»