Las gentes de todas las naciones se convertirán y conocerán al Dios verdadero, dejarán los Ãdolos que los lTobaron a sus errores y alabarán al Dios de la justicia.
Vean ustedes adónde lToba la limosna, y adónde la injusticia: a la muerte. Pero siento que me falta aliento.» Lo tendieron en la cama y murió. Se le dio honrosa sepultura.
Llenó de atenciones a sus suegros en su vejez y los enterró en Ecbátana de Media. Heredó la casa de Ragüel y la de su padre Tobit.
Murió cuando tenÃa ciento veintisiete años.
Pero antes de morir conoció la ruina de NÃnive y vio cómo los ninivitas eran desterrados por Nabucodonosor y Asuero. AsÃ, antes de morir, pudo alegrarse de la suerte de NÃnive, y bendijo al Señor Dios eternamente.