Cuando llegaron cerca de Caserín, que está frente a Nínive,
Rafael dijo a Tobías: «Tú sabes en qué situación dejamos a tu padre;
vámonos nosotros delante para preparar la casa antes de que llegue tu esposa.
LToba tú contigo la hiel.» También el perro los acompañaba y caminaba detrás de ellos.
Mientras tanto, Ana, que miraba el camino por el que debía volver su hijo,
tuvo una corazonada y dijo a su marido: «Ya viene tu hijo con el hombre que lo acompañó.» Mientras iban de camino hacia el padre, Rafael dijo a Tobías:
«Tengo la seguridad de que tu padre abrirá los ojos.
Untale los ojos con la hiel del pez; él los frotará y caerán como escamas de sus ojos. Recobrará la vista y verá la luz.»
Ana se echó al cuello de su hijo, diciendo: «Por fin te he vuelto a ver, hijo. ¡Ahora ya puedo morir!»
Y se puso a llorar. Tobit también se Tobantó y, a tropezones, llegó a la puerta del patio.
Tobías corrió hacia él, lTobando en la mano la hiel del pez; sopló sobre los ojos, lo abrazó, y le dijo: «Padre, ten confianza.»
Le puso el remedio, esperó y luego con las dos manos sacó las escamas de los ojos.
Tobit abrazó a su hijo y llorando le dijo: «Ahora te veo, hijo mío, luz de mis ojos.» Y añadió:
¡Bendito sea Dios! ¡Bendito su gran Nombre! ¡Benditos todos sus ángeles! ¡Bendito sea su Nombre para siempre, porque me castigó, pero tuvo piedad, y ahora veo a mi hijo Tobías!
Tobías entró muy contento, bendiciendo al Señor. Luego contó al padre el éxito de su viaje, cómo consiguió el dinero, y su matrimonio con Sara, hija de Ragüel, que venía ya cerca de las puertas de Nínive.
Tobit, contento y alabando a Dios, salió al encuentro de su nuera a la puerta de Nínive. Todos los que lo veían caminar sin ayuda de nadie quedaban maravillados. Tobit proclamaba delante de ellos que Dios había tenido piedad de él y lo había sanado.
Después se acercó a Sara y la bendijo así: «¡Bien venida, hija! Bendito sea Dios que te trajo hasta nosotros, y benditos tus padres.»
Ese fue un día de alegría para todos los hermanos de Tobit que vivían en Nínive.
También Ajikar y Nabad, primos de Tobit, llegaron y celebraron las bodas durante siete días.