y saca de los tesoros del rey lo que sea necesario para los otros gastos que has de hacer para la Casa de tu Dios.
Yo, el rey Artajerjes, doy orden a todos los tesoreros de la parte que está al otro lado del rÃo que cumplan exactamente todo lo que les pida Esdras, sacerdote y escriba, instruido en la Ley del Dios de los Cielos,
entregándole hasta cien talentos de plata, cien cargas de trigo, cien medidas de vino y cien medidas de aceite; la sal se le dará sin medida.
Todo lo que ordene el Dios del Cielo debe ser cumplido con esmero para la Casa del Dios del Cielo, a fin de que su cólera no venga sobre el reino, el rey y sus hijos.
Les damos a conocer que no se puede cobrar impuestos, contribuciones o peaje de ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, ayudantes y servidores de esta Casa de Dios.