Construyó también un altar de bronce de veinte codos de largo, veinte codos de ancho y diez codos de alto.
Hizo una gran pileta de metal fundido, llamado el mar, de diez codos de borde a borde, enteramente redondo y de cinco codos de alto. Un cordón de treinta codos medía su contorno.
Debajo del borde había en todo el contorno unas como figuras de granadas, diez por cada lado, colocadas en dos órdenes, fundidas en una sola masa.
Se apoyaba sobre doce bueyes; tres mirando al norte, tres mirando al oeste, tres mirando al sur, y tres mirando al este. El mar estaba sobre ellos, quedando sus partes traseras hacia el interior.
El espesor de este vaso era de un palmo y su borde era como el de una copa, o como el de un lirio abierto: hacía tres mil medidas.
Hizo diez pilas, que dispuso cinco a la derecha y cinco a la izquierda, para hacer en ellas las purificaciones. En ellas se lavaban las víctimas del holocausto mientras el mar servía para las purificaciones de los sacerdotes.
Hizo candelabros de oro según la forma ordenada, y los colocó en el Lugar Santo, cinco a la derecha y cinco a la izquierda.
Hizo también cien tazas de oro.
Construyó también el patio de los sacerdotes y el patio grande con sus puertas, revistiendo las puertas de bronce.
Colocó el mar al lado derecho, hacia el sureste.
Hiram hizo también las ollas, las paletas y las tazas.
Así acabó la obra que le había encargado el rey Salomón en la Casa de Dios: las dos columnas; las molduras de los capiteles que coronaban las columnas; los dos trenzados para cubrir las dos molduras de los capiteles que estaban sobre las columnas;
las cuatrocientas granadas de los dos trenzados, dos filas de granadas para cada trenzado;
las diez basas y las diez pilas sobre las basas;
el mar con los doce bueyes debajo de él, las ollas, las paletas y las tazas.
Todos los utensilios que hizo Hiram-Abi para el rey Salomón, para la Casa de Yavé, eran de bronce bruñido.
El rey los hizo fundir en la vega del Jordán, al vado de Adma, entre Surot y Sereda.
Salomón fabricó todos estos utensilios en tan gran cantidad que no se pudo calcular el peso del bronce.
Salomón hizo todos los objetos destinados a la Casa de Dios: el altar de oro, las mesas para los panes de la Ofrenda,
los candelabros con sus lámparas de oro fino que ardieran según el rito, delante del Lugar Santísimo;
las flores, las lámparas y las tijeras para cortar las mechas, todo de oro puro.
Igualmente los cuchillos, las copas, las tazas y los incensarios, de oro puro. Eran también de oro los goznes de las puertas interiores de la Casa hacia el Lugar Santísimo, y de las puertas de la Casa hacia el Lugar Santo.