AmasÃas reunió a todos los judÃos de Judá y de BenjamÃn y los organizó con jefes de millar y de cien; hizo el censo de ellos, desde los veinte años para arriba, y encontró trescientos mil hombres escogidos, aptos para la guerra y el manejo de la lanza y el escudo grande.
Y AmasÃas separó los destacamentos que le habÃan venido de EfraÃm, para que se volvieran a sus lugares. Ellos se enojaron mucho contra Judá y se volvieron a sus casas enfurecidos.
AmasÃas cobró ánimo y, tomando el mando de su pueblo, marchó al Valle de la Sal, donde derrotó a diez mil hombres de los hijos de Seir.
Los hijos de Judá apresaron vivos a diez mil de ellos y, llevándolos a la cumbre de la Peña, los precipitaron desde allÃ, quedando todos ellos reventados.
Pero Joás, rey de Israel, mandó decir a AmasÃas, rey de Judá: «El cardo del LÃbano mandó a decir al cedro el LÃbano: Dame tu hija para mujer de mi hijo. Pero las bestias salvajes del LÃbano pasaron y pisotearon el cardo.
Luego tomó todo el oro y la plata y todos los objetos que se encontraban al cuidado de Obededom en la Casa de Dios y los tesoros de la casa del rey; tomó rehenes y se volvió a Samaria.