Primero estaba la casa o palacio «Bosque del LÃbano», de cincuenta metros de largo por veinticinco de ancho y quince de alto. Se alzaba sobre cuatro filas de columnas de cedro que soportaban soleras de cedro.
Las soleras eran cuarenta y cinco en total, o sea, tres filas de quince. Estaban puestas sobre las columnas y soportaban un cielo de cedro.
HabÃa tres filas de ventanas con celosÃas, cuarenta y cinco en total, quince por cada fila y cada una frente a otra cada tres pasos.
Todas las puertas y ventanas eran cuadrangulares y quedaba una frente a la otra.
Luego venÃa el Salón de las columnas, al que dio veinticinco metros de largo y quince de ancho, con un vestÃbulo por delante.
El rey Salomón mandó a buscar a Hiram de Tiro. Este era hijo de una viuda de la tribu de NeftalÃ, pero su padre era de Tiro y artesano en bronce.
Este Hiram era muy inteligente y entendido, capaz de hacer cualquier tipo de obra de arte con este metal. Fue donde el rey y ejecutó todos sus trabajos.
En primer lugar fundió dos columnas de bronce, cada una de nueve metros de alto. Un hilo de seis metros medÃa la circunferencia de cada columna.
Fundió asimismo dos capiteles de bronce de dos metros y medio de alto,
rodeados como de una red de cadenas entrelazadas entre sÃ, para ponerlos como remate de las columnas.
Moldeó en bronce granadas, dos filas alrededor de cada trenzado, cuatrocientas en total, doscientas en cada capitel.
Los capiteles que estaban en la cima de las columnas tenÃan forma de azucenas.
Asentó las columnas junto al vestÃbulo del templo,
una a la derecha, llamándola YaquÃn, y otra a la izquierda, y la llamó Boaz.
Debajo del borde habÃa calabazas todo en derredor. Daban la vuelta a lo largo de los quince metros, dispuestas en dos filas y fundidas en una sola pieza.
El Mar se apoyaba sobre doce bueyes; tres mirando al norte, tres al sur, tres al este y tres al oeste. Las partes traseras de los bueyes quedaban hacia adentro.
El espesor de la concha era de un palmo y su borde era semejante al borde del cáliz de una azucena abierta. ContenÃa dos mil medidas.
Las basas estaban construidas asÃ: tenÃan paneles y los paneles estaban entre listones.
Sobre el panel que estaba entre los listones habÃa leones, bueyes y querubines. Lo mismo sobre los listones. Por encima y por debajo de los leones y de los toros habÃa adornos.
Cada basa tenÃa cuatro ruedas de bronce y ejes de bronce; sus cuatro pies tenÃan asas para soportar sus piletas; eran fundidas igual que los adornos.
La boca de la pileta estaba medio metro más arriba que la parte superior de la basa. Esta boca era redonda y tenÃa las mismas esculturas que la basa.
Las cuatro ruedas estaban bajo los paneles, y sus ejes formaban un solo cuerpo con la basa; las ruedas tenÃan una altura de setenta centÃmetros.
Se parecÃan a las ruedas de un carro y venÃan de fundición con sus radios, sus llantas y sus cubos.
HabÃa cuatro asas en los cuatro ángulos de cada basa, formando un cuerpo con la basa.
La parte superior de la basa formaba como un cÃrculo de medio codo de altura, unido a los paneles, haciendo un solo cuerpo con ellos.
Hiram grabó sobre sus paneles querubines, leones y palmeras.
E hizo todas las basas de una misma fundición y de un mismo tamaño.
Las basas las colocó asÃ: cinco al lado derecho de la Casa y cinco al lado izquierdo. La gran pileta, o Mar, la colocó a la derecha de la Casa hacia el sureste.
los candeleros de oro fino, cinco a la derecha y cinco a la izquierda, delante del «Lugar SantÃsimo»; las flores, las campanas y las despabiladeras de oro (tijeras para arreglar la luz de las velas) ;
las cucharas, los cuchillos y los calderos pequeños, las copas y los braseros de oro fino, las bisagras de oro para las puertas del «Lugar SantÃsimo» y del Templo.