«Hagamos un pacto como lo hubo entre tu padre y el mÃo. A cambio de este oro y plata que te mando, dÃgnate romper tu pacto con Basá, rey de Israel, para que deje de atacarme.»
Ben-Hadad escuchó al rey Asá y envió a sus oficiales contra las ciudades de Israel, conquistando Iyón, Dan y Abel-Beet-Maacá, todo el Quineret y toda la tierra de NeftalÃ.
Cuando Basá lo supo suspendió las fortificaciones de Rama y regresó a Tirsa.
Entonces el rey Asá convocó a todo Judá sin excepción. Se llevaron la piedra y la madera con que Basá fortificaba Rama y el rey Asá fortificó con ellas Gueba de BenjamÃn y Mizpá.
Lo demás referente a Asá, su valentÃa y las ciudades que conquistó, todo lo que hizo está escrito en el libro de los Hechos de los reyes de Judá. Un dato más: en su ancianidad enfermó de los pies.
Cuando murió, lo sepultaron en la ciudad de David, su antepasado, y le sucedió su hijo Josafat.
Nadab, hijo de Jeroboam, comenzó a reinar en Israel, el segundo año del reinado de Asá, rey de Judá, y reinó dos años.