El rey se emocionó mucho, subió a la habitación que habÃa sobre la puerta y se puso a llorar, diciendo entre sollozos: «Absalón, ¡hijo mÃo! ¡Hijo mÃo! ¡Hijo mÃo, Absalón! Ojalá yo hubiera muerto en lugar tuyo, ¡hijo mÃo!»
Joab supo que el rey lloraba y se lamentaba por Absalón.
En todas las tribus de Israel se escuchaba la misma queja: «El rey nos libró de nuestros enemigos, nos salvó de los filisteos y ahora tuvo que huir lejos de Absalón.
Entonces todos los hombres de Judá se pusieron de acuerdo como un solo hombre y mandaron a decir al rey: «Vuelve tú con toda tu gente.»
El rey volvió y llegó al rÃo Jordán. Los de Judá habÃan llegado hasta Guilgal,para salir y encontrar al rey, y ayudarlo a pasar el Jordán.
SemeÃ, hijo de Guera, de la tribu de BenjamÃn, que era de Bajurim, bajó apresuradamente con los hombres de la tribu de Judá al encuentro del rey David.