Pero no se apenen ni les pese por haberme vendido, porque Dios me ha enviado aquà delante de ustedes para salvarles la vida.
Ya van dos años de hambre en la tierra, y aún quedan cinco en que no se podrá arar ni cosechar.
Dios, pues, me ha enviado por delante de ustedes, para que nuestra raza sobreviva en este paÃs: ustedes vivirán aquà hasta que suceda una gran liberación.
No han sido ustedes, sino Dios quien me envió aquÃ; El me ha hecho familiar de Faraón, administrador de su palacio, y gobernador de todo el paÃs de Egipto.