y estas espigas pequeñas y quemadas por el viento se tragaron a las siete granadas y repletas. Se despertó Faraón, y se dio cuenta que era un sueño.
Aquella mañana Faraón se levantó muy preocupado, y mandó llamar a todos los adivinos y sabios de Egipto. Les contó sus sueños, pero ninguno fue capaz de interpretarlos.
Entonces el jefe de los que preparan las bebidas pidió la palabra y dijo a Faraón: «Me estoy acordando de una falta mÃa.
Faraón se habÃa enojado contra sus siervos, y me dejó detenido en la casa del capitán de la guardia, junto con el panadero del palacio.
El y yo tuvimos sendos sueños en la misma noche, y que requerÃan una interpretación.
Las siete vacas hermosas, al igual que las siete espigas granadas, son siete años de abundancia.
Las siete vacas feas y raquÃticas que salieron detrás, al igual que las siete espigas vacÃas y quemadas por el viento del este, son siete años de hambre.
Como dije a Faraón, Dios le está manifestando lo que está para suceder.
Vendrán siete años de gran abundancia en todo Egipto,
pero en seguida vendrán siete años de escasez que harán olvidar toda la abundancia anterior, y el paÃs quedará extenuado por el hambre.
Tan terrible será la escasez que sobrevendrá, que ya nadie volverá a recordar los tiempos de abundancia.
Si el sueño se te presentó dos veces, esto quiere decir que Dios está muy decidido a realizar estas cosas y que pronto las realizará.
Ahora, pues, aconsejo a Faraón que busque un hombre inteligente y sabio para ponerlo al frente de Egipto.
Que Faraón nombre, además, intendentes en todo el paÃs, para que recauden la quinta parte de la cosecha durante estos siete años de abundancia.
Recogerán todos los vÃveres de estos siete años de abundancia, y almacenarán el grano en las ciudades, donde los guardarán bajo la autoridad de Faraón.
De esta manera habrá reservas en el paÃs para los siete años de escasez que van a afectar Egipto, y el pueblo no morirá de hambre.»