Entonces vinieron los zifeos a Saúl en Guibeá, diciendo: ¿No está David escondido en la colina de Haquila, que está frente a Jesimón?
Se levantó, pues, Saúl y descendió al desierto de Zif, teniendo consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.
No permita el Señor que yo extienda mi mano contra el ungido del Señor; pero ahora, te ruego, toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonos.
Tomó, pues, David la lanza y la vasija de agua de junto a la cabecera de Saúl, y se fueron; pero nadie lo vio ni lo supo, tampoco nadie se despertó, pues todos estaban dormidos, ya que un sueño profundo de parte del Señor habÃa caÃdo sobre ellos.
David pasó al otro lado y se colocó en la cima del monte a cierta distancia, con un gran espacio entre ellos.
Esto que has hecho no es bueno. Vive el Señor, todos vosotros ciertamente deberÃais morir, porque no protegisteis a vuestro señor, el ungido del Señor. Y ahora, mira dónde está la lanza del rey y la vasija de agua que estaba a su cabecera.
Ahora pues, ruego a mi señor el rey que escuche las palabras de su siervo. Si el Señor te ha incitado contra mÃ, que El acepte una ofrenda, pero si son hombres, malditos sean delante del Señor, porque me han expulsado hoy para que yo no tenga parte en la heredad del Señor, diciendo: "Ve, sirve a otros dioses."
Ahora pues, no caiga mi sangre a tierra, lejos de la presencia del Señor; porque el rey de Israel ha salido en busca de una pulga, como quien va a la caza de una perdiz en los montes.
Respondió David, y dijo: He aquà la lanza del rey. Que pase acá uno de los jóvenes y la recoja.
El Señor pagará a cada uno según su justicia y su fidelidad; pues el Señor te entregó hoy en mi mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido del Señor.
He aquÃ, como tu vida fue preciosa ante mis ojos hoy, asà sea preciosa mi vida ante los ojos del Señor, y que El me libre de toda aflicción.
Y Saúl dijo a David: Bendito seas, David, hijo mÃo; ciertamente harás grandes cosas y prevalecerás. David siguió por su camino y Saúl se volvió a su lugar.