Y aconteció que cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquÃ, David está en el desierto de En-gadi.
Entonces Saúl tomó de todo Israel tres mil hombres escogidos, y fue en busca de David y de sus hombres por los peñascos de las cabras monteses.
Llegó a unos rediles de ovejas en el camino, donde habÃa una cueva, y Saúl entró en ella para hacer sus necesidades. Y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.
David contuvo a sus hombres con estas palabras y no les permitió que se levantaran contra Saúl. Y Saúl se levantó, salió de la cueva, y siguió su camino.
Y dijo a David: Eres más justo que yo, porque tú me has tratado bien mientras que yo te he tratado con maldad.
Tú has demostrado hoy que me has hecho bien, ya que el Señor me entregó en tu mano y sin embargo no me diste muerte.
Porque si un hombre halla a su enemigo, ¿lo dejará ir sano y salvo? Que el Señor, por tanto, te recompense con bien por lo que has hecho por mà hoy.