Descendió, pues, a la era e hizo todo lo que su suegra le habÃa mandado.
Cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estaba contento, fue a acostarse al pie del montón de grano; y ella vino calladamente, descubrió sus pies y se acostó.
Y sucedió que a medianoche el hombre se asustó, se volvió, y he aquà que una mujer estaba acostada a sus pies.
Y dijo: Me dio estas seis medidas de cebada, pues dijo: "No vayas a tu suegra con las manos vacÃas."
Entonces Noemà dijo: Espera, hija mÃa, hasta que sepas cómo se resolverá el asunto; porque el hombre no descansará hasta que lo haya arreglado hoy.