Asimismo, vosotros los más jóvenes, estad sujetos a los mayores; y todos, revestÃos de humildad en vuestro trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte a su debido tiempo,
echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros.
Sed de espÃritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.
Pero resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
Por conducto de Silvano, nuestro fiel hermano (porque asà lo considero), os he escrito brevemente, exhortando y testificando que esta es la verdadera gracia de Dios. Estad firmes en ella.