para vivir el tiempo que le queda en la carne, no ya para las pasiones humanas, sino para la voluntad de Dios.
Porque el tiempo ya pasado os es suficiente para haber hecho lo que agrada a los gentiles, habiendo andado en sensualidad, lujurias, borracheras, orgÃas, embriagueces y abominables idolatrÃas.
Y en todo esto, se sorprenden de que no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;
pero ellos darán cuenta a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.
Porque con este fin fue predicado el evangelio aun a los muertos, para que aunque sean juzgados en la carne como hombres, vivan en el espÃritu conforme a la voluntad de Dios.
Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed pues prudentes y de espÃritu sobrio para la oración.
Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.
Sed hospitalarios los unos para con los otros, sin murmuraciones.
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os estuviera aconteciendo;
Si sois vituperados por el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el EspÃritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, por ellos El es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.
Que de ninguna manera sufra alguno de vosotros como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometido.
Pero si alguno sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios.
Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si comienza por nosotros primero, ¿cuál será el fin de los que no obedecen al evangelio de Dios?
Y si el justo con dificultad se salva, ¿que sera del impio y delpecador?
Por consiguiente, los que sufren conforme a la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien.