tuvo gran temor, porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y porque era más grande que Hai, y todos sus hombres eran valientes.
Y el Señor los desconcertó delante de Israel, y los hirió con gran matanza en Gabaón, y los persiguió por el camino de la subida de Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda.
Y sucedió que mientras huÃan delante de Israel, cuando estaban en la bajada de Bet-horón, el Señor arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo que los que mataron a espada los hijos de Israel.
Y el sol se detuvo, y la luna se paró, hasta que la nación se vengó de sus enemigos. ¿No está esto escrito en el libro de Jaser? Y el sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse como por un dÃa entero.
Y el Señor entregó a Laquis en manos de Israel, la cual conquistó al segundo dÃa, y la hirió a filo de espada con todas las personas que habÃa en ella, conforme a todo lo que habÃa hecho a Libna.
La conquistaron aquel mismo dÃa y la hirieron a filo de espada; y destruyó por completo aquel dÃa a todas las personas que habÃa en ella, conforme a todo lo que habÃa hecho a Laquis.
La conquistaron y la hirieron a filo de espada, con su rey, todas sus ciudades y todas las personas que habÃa en ella. No dejó ningún sobreviviente, conforme a todo lo que habÃa hecho a Eglón. La destruyó por completo con todas las personas que habÃa en ella.