Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
para que sean alentados sus corazones, y unidos en amor, alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es decir, de Cristo,
en quien están escondidos todos los tesoros de la sabidurÃa y del conocimiento.
Esto lo digo para que nadie os engañe con razonamientos persuasivos.
Porque aunque estoy ausente en el cuerpo, sin embargo estoy con vosotros en espÃritu, regocijándome al ver vuestra buena disciplina y la estabilidad de vuestra fe en Cristo.
Por tanto, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor, asà andad en El;
firmemente arraigados y edificados en El y confirmados en vuestra fe, tal como fuisteis instruidos, rebosando de gratitud.
Mirad que nadie os haga cautivos por medio de su filosofÃa y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo.
Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El,
habiendo cancelado el documento de deuda que consistÃa en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz.
Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de El.
Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a comida o bebida, o en cuanto a dÃa de fiesta, o luna nueva, o dÃa de reposo;
cosas que sólo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo.
Nadie os defraude de vuestro premio deleitándose en la humillación de sà mismo y en la adoración de los ángeles, basándose en las visiones que ha visto, hinchado sin causa por su mente carnal,
(todos los cuales se refieren a cosas destinadas a perecer con el uso), según los preceptos y enseñanzas de los hombres?
Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia de sabidurÃa en una religión humana, en la humillación de sà mismo y en el trato severo del cuerpo, pero carecen de valor alguno contra los apetitos de la carne.