Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeb.
No hizo el Señor este pacto con nuestros padres, sino con nosotros, con todos aquellos de nosotros que estamos vivos aquà hoy.
Cara a cara habló el Señor con vosotros en el monte de en medio del fuego,
mientras yo estaba en aquella ocasión entre el Señor y vosotros para declararos la palabra del Señor, porque temÃais a causa del fuego y no subisteis al monte. Y El dijo:
"No te harás ningún Ãdolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
"No los adorarás ni los servirás; porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen,
pero que muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
"No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque el Señor no tendrá por inocente a quien tome su nombre en vano.
"Guardarás el dÃa de reposo para santificarlo, como el Señor tu Dios lo ha mandado.
"Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te ha mandado, para que tus dÃas sean prolongados y te vaya bien en la tierra que el Señor tu Dios te da.
"No matarás.
"No cometerás adulterio.
"No hurtarás.
"No darás falso testimonio contra tu prójimo.
"No codiciarás la mujer de tu prójimo, y no desearás la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo."
Estas palabras el Señor habló a toda vuestra asamblea en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de las densas tinieblas con una gran voz, y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra y me las dio.
Y aconteció que cuando oÃsteis la voz de en medio de las tinieblas, mientras el monte ardÃa con fuego, os acercasteis a mÃ, todos los jefes de vuestras tribus y vuestros ancianos,
Y el Señor oyó la voz de vuestras palabras cuando me hablasteis y el Señor me dijo: "He oÃdo la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado. Han hecho bien en todo lo que han dicho.
"¡Oh si ellos tuvieran tal corazón que me temieran, y guardaran siempre todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!