En efecto, se oye que entre vosotros hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los gentiles, al extremo de que alguno tiene la mujer de su padre.
Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, asà como lo sois, sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado.
Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.
En mi carta os escribà que no anduvierais en compañÃa de personas inmorales;
no me referÃa a la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendrÃais que salir del mundo.