Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación.
Pues ni aun Cristo se agradó a sà mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te injuriaban cayeron sobre mi.
Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.
Y que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús,
para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles, ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptable, santificada por el EspÃritu Santo.
Por tanto, en Cristo Jesús he hallado razón para gloriarme en las cosas que se refieren a Dios.