Y el Señor le dijo: Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso llamado Saulo, porque, he aquÃ, está orando,
Pero cuando los hermanos lo supieron, lo llevaron a Cesarea, y de allà lo enviaron a Tarso.
Entretanto la iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del EspÃritu Santo, seguÃa creciendo.
Allà encontró a un hombre llamado Eneas, que habÃa estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralÃtico.
Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama. Y al instante se levantó.
Todos los que vivÃan en Lida y en Sarón lo vieron, y se convirtieron al Señor.
HabÃa entonces en Jope una discÃpula llamada Tabita (que traducido al griego es Dorcas); esta mujer era rica en obras buenas y de caridad que hacÃa continuamente.
Y sucedió que en aquellos dÃas se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto.
Como Lida estaba cerca de Jope, los discÃpulos, al oÃr que Pedro estaba allÃ, le enviaron dos hombres, rogándole: No tardes en venir a nosotros.
Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solÃa hacer cuando estaba con ellas.