Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
Aconteció que en Iconio entraron juntos en la sinagoga de los judÃos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud, tanto de judÃos como de griegos.
Pero los judÃos que no creyeron, excitaron y llenaron de odio los ánimos de los gentiles contra los hermanos.
Con todo, se detuvieron allà mucho tiempo hablando valientemente confiados en el Señor que confirmaba la palabra de su gracia, concediendo que se hicieran señales y prodigios por medio de sus manos.
Pero la multitud de la ciudad estaba dividida, y unos estaban con los judÃos y otros con los apóstoles.
Y cuando los gentiles y los judÃos, con sus gobernantes, prepararon un atentado para maltratarlos y apedrearlos,
los apóstoles se dieron cuenta de ello y huyeron a las ciudades de Licaonia, Listra, Derbe, y sus alrededores;
y allà continuaron anunciando el evangelio.
Y habÃa en Listra un hombre que estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo desde el seno de su madre y que nunca habÃa andado.
Cuando la multitud vio lo que Pablo habÃa hecho, alzaron la voz, diciendo en el idioma de Licaonia: Los dioses se han hecho semejantes a hombres y han descendido a nosotros.
Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba en las afueras de la ciudad, trajo toros y guirnaldas a las puertas, y querÃa ofrecer sacrificios juntamente con la multitud.
el cual en las generaciones pasadas permitió que todas las naciones siguieran sus propios caminos;
y sin embargo, no dejó de dar testimonio de sà mismo, haciendo bien y dándoos lluvias del cielo y estaciones fructÃferas, llenando vuestros corazones de sustento y de alegrÃa.
Y aun diciendo estas palabras, apenas pudieron impedir que las multitudes les ofrecieran sacrificio.
Pero vinieron algunos judÃos de AntioquÃa y de Iconio, y habiendo persuadido a la multitud, apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.
y de allà se embarcaron para AntioquÃa, donde habÃan sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habÃan cumplido.
Cuando llegaron y reunieron a la iglesia, informaron de todas las cosas que Dios habÃa hecho con ellos, y cómo habÃa abierto a los gentiles la puerta de la fe.