Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
Y estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania, la aldea de MarÃa y de su hermana Marta.
MarÃa, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos.
Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: Señor, mira, el que tú amas está enfermo.
Cuando Jesús lo oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.
Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces se quedó dos dÃas más en el lugar donde estaba.
Tan pronto como ella lo oyó, se levantó rápidamente y fue hacia El.
Pues Jesús aún no habÃa entrado en la aldea, sino que todavÃa estaba en el lugar donde Marta le habÃa encontrado.
Entonces los judÃos que estaban con ella en la casa consolándola, cuando vieron que MarÃa se levantó de prisa y salió, la siguieron, suponiendo que iba al sepulcro a llorar allÃ.
Asà que, desde ese dÃa planearon entre sà para matarle.
Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judÃos, sino que se fue de allà a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada EfraÃn; y se quedó allà con los discÃpulos.