Y El dijo: Mirad que no seáis engañados; porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo soy el Cristo ", y: "El tiempo está cerca". No los sigáis.
Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino;
habrá grandes terremotos, y plagas y hambres en diversos lugares; y habrá terrores y grandes señales del cielo.
Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles, llevándoos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre.
Esto os dará oportunidad de testificar.
Por tanto, proponed en vuestros corazones no preparar de antemano vuestra defensa;
Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas,
desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las potencias de los cielos serán sacudidas.
Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria.
Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguÃos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención.
Y les refirió una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
Estad alerta, no sea que vuestro corazón se cargue con disipación y embriaguez y con las preocupaciones de la vida, y aquel dÃa venga súbitamente sobre vosotros como un lazo;
porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Durante el dÃa enseñaba en el templo, pero al oscurecer salÃa y pasaba la noche en el monte llamado de los Olivos.
Y todo el pueblo madrugaba para ir al templo a escucharle.