Palabra del Señor que vino a SofonÃas, hijo de Cusi, hijo de GedalÃas, hijo de AmarÃas, hijo de EzequÃas, en los dÃas de JosÃas, hijo de Amón, rey de Judá:
Y habrá aquel dÃa--declara el Señor-- gritos de auxilio desde la puerta del Pescado, y gemidos desde el segundo distrito, y gran estruendo desde las colinas.
Gemid, habitantes del Mortero, porque será silenciado todo el pueblo de Canaán, exterminados todos los que pesan plata.
Sus riquezas se convertirán en despojos, y sus casas en desolación; edificarán casas, mas no las habitarán, plantarán viñas, mas no beberán su vino.
Cercano está el gran dÃa del Señor, cercano y muy próximo. El clamor del dÃa del Señor es amargo; allà gritará el guerrero.
DÃa de ira aquel dÃa, dÃa de congoja y de angustia, dÃa de destrucción y desolación, dÃa de tinieblas y lobreguez, dÃa nublado y de densa oscuridad,
dÃa de trompeta y grito de guerra contra las ciudades fortificadas y contra los torreones de las esquinas.
Ni su plata ni su oro podrán librarlos en el dÃa de la ira del Señor, cuando por el fuego de su celo toda la tierra sea consumida; porque El hará una destrucción total y terrible de todos los habitantes de la tierra.