Y me dijo: Hijo de hombre, ponte en pie para que yo te hable.
Y el EspÃritu entró en mà mientras me hablaba y me puso en pie; y oà al que me hablaba.
Entonces me dijo: Hijo de hombre, yo te envÃo a los hijos de Israel, a una nación de rebeldes que se ha rebelado contra mÃ; ellos y sus padres se han levantado contra mà hasta este mismo dÃa.
A los hijos de duro semblante y corazón empedernido, a quienes te envÃo, les dirás: Asà dice el Señor Dios.
Y ellos, escuchen o dejen de escuchar, porque son una casa rebelde, sabrán que un profeta ha estado entre ellos.
Y tú, hijo de hombre, no temas, no temas ni a ellos ni a sus palabras aunque haya contigo cardos y espinas y te sientes en escorpiones; no temas sus palabras ni te atemorices ante ellos, porque son una casa rebelde.
Les hablarás mis palabras, escuchen o dejen de escuchar, porque son rebeldes.
Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te hablo; no seas rebelde como esa casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te doy.