A ella vendrán pastores con sus rebaños, levantarán sus tiendas a su alrededor, y cada uno apacentará en su lugar.
Preparad guerra contra ella; levantaos y ataquemos al mediodÃa. ¡Ay de nosotros, porque el dÃa declina, porque se extienden las sombras del anochecer!
Levantaos, ataquemos de noche y destruyamos sus palacios.
Como un pozo mantiene frescas sus aguas, asà ella mantiene fresca su maldad. En ella se oyen violencia y destrucción; ante mà hay de continuo enfermedades y heridas.
Pero yo estoy lleno del furor del Señor, estoy cansado de retenerlo . Derrámalo sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes; porque serán apresados tanto el marido como la mujer, el viejo y el muy anciano.
Porque desde el menor hasta el mayor, todos ellos codician ganancias, y desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.
Y curan a la ligera el quebranto de mi pueblo, diciendo: "Paz, paz", pero no hay paz.
¿Se han avergonzado de la abominación que han cometido? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun han sabido ruborizarse; por tanto caerán entre los que caigan; en la hora que yo los castigue serán derribados--dice el Señor.
Y puse centinelas sobre vosotros, que dijeran: "Escuchad el sonido de la trompeta." Pero dijeron: "No escucharemos."
Por tanto, oÃd, naciones, y entiende, congregación, lo que se hará entre ellos.
Oye, tierra: he aquÃ, yo traigo una calamidad sobre este pueblo, el fruto de sus planes, porque no han escuchado mis palabras, y han desechado mi ley.
Por tanto, asà dice el Señor: He aquÃ, pongo piedras de tropiezo delante de este pueblo, y tropezarán en ellas padres e hijos a una; el vecino y su prójimo perecerán.
Asà dice el Señor: He aquÃ, viene un pueblo de tierras del norte, y una gran nación se levantará de los confines de la tierra.
Empuñan arco y jabalina, crueles son, no tienen misericordia; sus voces braman como el mar, y montan a caballo como hombres dispuestos para la guerra contra ti, hija de Sion.
Hemos oÃdo de su fama, flaquean nuestras manos. La angustia se ha apoderado de nosotros, dolor como de mujer de parto.
No salgas al campo, ni andes por el camino; porque espada tiene el enemigo, y hay terror por todas partes.