Huid de en medio de Babilonia, y salve cada uno su vida. No perezcáis por su culpa, pues este es el tiempo de la venganza del Señor; El le dará su pago.
Copa de oro ha sido Babilonia en la mano del Señor, que embriagaba toda la tierra. De su vino bebieron las naciones; se enloquecieron, por tanto, las naciones.
De repente cae Babilonia y se hace pedazos. Gemid por ella, traed bálsamo para su dolor; quizá se cure.
Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado; dejadla, y vayamos cada cual a su tierra, porque ha llegado al cielo su juicio, se ha elevado hasta las nubes.
El Señor ha sacado a la luz nuestra justicia; venid y contemos en Sion la obra del Señor nuestro Dios.
Afilad las flechas, llenad las aljabas; el Señor ha despertado el espÃritu de los reyes de Media, porque su plan contra Babilonia es destruirla; porque esta es la venganza del Señor, la venganza de su templo.
El es el que hizo la tierra con su poder, el que estableció el mundo con su sabidurÃa, y con su inteligencia extendió los cielos.
Cuando emite su voz, hay tumulto de aguas en los cielos, y hace subir las nubes desde los confines de la tierra. El produce los relámpagos para la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.
Toda la humanidad es necia, falta de conocimiento; se avergüenza todo orfebre de sus Ãdolos, porque sus imágenes fundidas son engaño, y no hay aliento en ellas.
Vanidad son, obra ridÃcula; en el tiempo de su castigo perecerán.
Y no tomarán de ti piedra angular, ni piedra para cimientos, pues desolación eterna serás--declara el Señor.
Levantad señal en la tierra, tocad trompeta entre las naciones. Reunid las naciones contra ella, convocad contra ella los reinos de Ararat, Mini y Asquenaz; nombrad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas.
Reunid a las naciones contra ella, a los reyes de Media, a sus gobernadores, a todos sus magistrados y a toda la tierra de su dominio.
La tierra tiembla y se retuerce, porque se cumplen los designios del Señor contra Babilonia de hacer de la tierra de Babilonia una desolación, sin habitantes.
Han dejado de luchar los valientes de Babilonia, permanecen en las fortalezas; se han agotado sus fuerzas, se han vuelto como mujeres; han sido incendiadas sus moradas, rotos están sus cerrojos.
Un correo corre al encuentro de otro y un mensajero al encuentro de otro, para decirle al rey de Babilonia que su ciudad ha sido tomada de un extremo al otro;
Me ha devorado y aplastado Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha dejado como vaso vacÃo, me ha tragado como un monstruo, ha llenado su estómago de mis delicias, me ha expulsado.
Entonces gritarán de gozo sobre Babilonia el cielo y la tierra y todo lo que en ellos hay, porque del norte vendrán a ella destructores --declara el Señor.
Estamos avergonzados porque hemos oÃdo la afrenta; la ignominia ha cubierto nuestros rostros, porque extranjeros han entrado en los santuarios de la casa del Señor.
Aunque Babilonia ascienda a los cielos, y aunque fortifique en lo alto su baluarte, de mi parte llegarán destructores a ella--declara el Señor.
¡Clamor de gritos desde Babilonia, y de gran destrucción de la tierra de los caldeos!
Porque el Señor destruirá a Babilonia, y hará desaparecer de ella su gran bullicio. Bramarán sus olas como muchas aguas; resonará el estruendo de sus voces.
Porque viene contra ella, contra Babilonia, el destructor, sus valientes serán apresados, quebrados están sus arcos; porque Dios de retribuciones es el Señor, ciertamente dará la paga.
Mensaje que el profeta JeremÃas mandó a SeraÃas, hijo de NerÃas, hijo de MaasÃas, cuando fue con SedequÃas, rey de Judá, a Babilonia en el año cuarto de su reinado. (SeraÃas era jefe de abastecimientos.)
Escribió, pues, JeremÃas en un solo rollo toda la calamidad que habÃa de venir sobre Babilonia, es decir, todas estas palabras que han sido escritas acerca de Babilonia.
Y JeremÃas dijo a SeraÃas: Tan pronto llegues a Babilonia, lee en voz alta todas estas palabras,
y di: "Oh Señor, tú has hablado acerca de este lugar, de destruirlo hasta que no quede morador en ella, ya sea hombre o animal, sino que desolación eterna será."
Y tan pronto termines de leer este rollo, le atarás una piedra y lo arrojarás en medio del Eufrates,