En sus dÃas será salvo Judá, e Israel morará seguro; y este es su nombre por el cual será llamado: "El Señor, justicia nuestra."
Por tanto, he aquÃ, vienen dÃas--declara el Señor-- cuando no dirán más: "Vive el Señor, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto",
sino: "Vive el Señor que hizo subir y trajo a los descendientes de la casa de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde los habÃa echado"; y habitarán en su propio suelo.
En cuanto a los profetas: quebrantado está mi corazón dentro de mÃ, tiemblan todos mis huesos; estoy como un ebrio, como un hombre a quien domina el vino, por causa del Señor y por causa de sus santas palabras.
Porque la tierra está llena de adúlteros; porque a causa de la maldición se ha enlutado la tierra, se han secado los pastos del desierto. Pues es mala la carrera de ellos y su poderÃo no es recto.
Porque tanto el profeta como el sacerdote están corrompidos; aun en mi casa he hallado su maldad--declara el Señor.
Pero si ellos hubieran estado en mi consejo, habrÃan hecho oÃr mis palabras a mi pueblo, y les habrÃan hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.
¿Soy yo un Dios de cerca--declara el Señor-- y no un Dios de lejos?
¿Podrá alguno esconderse en escondites de modo que yo no lo vea?--declara el Señor. ¿No lleno yo los cielos y la tierra?--declara el Señor.
He oÃdo lo que dicen los profetas que profetizan mentira en mi nombre, diciendo: "¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!"
que tratan de que mi pueblo se olvide de mi nombre con los sueños que se cuentan unos a otros, tal como sus padres olvidaron mi nombre a causa de Baal?