Y se dio aviso a la casa de David, diciendo: Los arameos han acampado en EfraÃn. Y se estremeció el corazón del rey y el corazón de su pueblo como se estremecen los árboles del bosque ante el viento.
Entonces el Señor dijo a IsaÃas: Sal ahora al encuentro de Acaz, tú, y tu hijo Sear-jasub, al extremo del acueducto del estanque superior, en la calzada del campo del Batanero,
y dile: "Estate alerta, y ten calma; no temas ni desmaye tu corazón ante estos dos cabos de tizones humeantes, a causa de la ira encendida de RezÃn de Aram y del hijo de RemalÃas.
"Porque Aram ha tramado mal contra ti, junto con EfraÃn y el hijo de RemalÃas, diciendo:
"Por tanto, asà dice el Señor Dios: 'No prevalecerá ni se cumplirá.
Porque la cabeza de Aram es Damasco, y la cabeza de Damasco es RezÃn (y dentro de otros sesenta y cinco años EfraÃn será destrozado, dejando de ser pueblo),
Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquÃ, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.
Comerá cuajada y miel hasta que sepa lo suficiente para desechar lo malo y escoger lo bueno.
Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, será abandonada la tierra cuyos dos reyes tú temes.
El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, dÃas como nunca han venido desde el dÃa en que EfraÃn se apartó de Judá, es decir, al rey de Asiria.
Y sucederá en aquel dÃa que el Señor silbará a la mosca que está en lo más remoto de los rÃos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria;
y todas ellas vendrán y se posarán en los precipicios de las barrancas, en las hendiduras de las peñas, en todos los espinos y en todos los abrevaderos.
En aquel dÃa cada uno criará una novilla y un par de ovejas;
y por la abundancia de leche que darán, comerá cuajada, porque todo el que quede en la tierra comerá cuajada y miel.
En aquel dÃa, en todo lugar donde habÃa mil vides valoradas en mil siclos de plata, habrá zarzas y espinos.
Se irá allá con arcos y flechas, porque toda la tierra será zarzas y espinos.
Y en cuanto a todas las colinas que eran cultivadas con la azada, no irás allá por temor de las zarzas y espinos; se convertirán en lugar para soltar los bueyes y para ser hollado por las ovejas.