Y yo dije: En vano he trabajado, en vanidad y en nada he gastado mis fuerzas; pero mi derecho está en el Señor, y mi recompensa con mi Dios.
Y ahora dice el Señor (el que me formó desde el seno materno para ser su siervo, para hacer que Jacob vuelva a El y que Israel se reúna con El, porque honrado soy a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza),
Asà dice el Señor, el Redentor de Israel, el Santo suyo, al despreciado, al aborrecido de la nación, al siervo de gobernantes: Lo verán reyes y se levantarán, prÃncipes, y se postrarán, a causa del Señor que es fiel, del Santo de Israel que te ha escogido.
para decir a los presos: "Salid"; a los que están en tinieblas: "Mostraos." Por los caminos pacerán, y en todas las alturas desoladas tendrán sus pastos.
No pasarán hambre ni sed, no los herirá el calor abrasador ni el sol, porque el que tiene compasión de ellos los guiará, y a manantiales de aguas los conducirá.
Gritad de júbilo, cielos, y regocÃjate, tierra. Prorrumpid, montes, en gritos de alegrÃa, porque el Señor ha consolado a su pueblo, y de sus afligidos tendrá compasión.
Pero Sion dijo: El Señor me ha abandonado, el Señor se ha olvidado de mÃ.
He aquÃ, en las palmas de mis manos, te he grabado; tus muros están constantemente delante de mÃ.
Tus edificadores se apresuran; tus destructores y tus devastadores se alejarán de ti.
Levanta en derredor tus ojos y mira: todos ellos se reúnen, vienen a ti. Vivo yo--declara el Señor-- que a todos ellos como joyas te los pondrás, y te ceñirás con ellos como una novia.
En cuanto a tus lugares desiertos y desolados y tu tierra arruinada, ahora serás ciertamente demasiado estrecha para los moradores, y tus devoradores estarán muy lejos.
TodavÃa te dirán al oÃdo los hijos de los que fuiste privada: "El lugar es muy estrecho para mÃ; hazme sitio para que yo more aquà ."
Reyes serán tus tutores, y sus princesas, tus nodrizas. Rostro en tierra te rendirán homenaje y el polvo de tus pies lamerán. Y sabrás que yo soy el Señor, y que no se avergonzarán los que esperan en mÃ.
¿Se le podrá quitar la presa al poderoso, o rescatar al cautivo del tirano?