El desierto y el yermo se alegrarán, y se regocijará el Arabá y florecerá como el azafrán;
florecerá copiosamente y se regocijará en gran manera y gritará de júbilo. La gloria del LÃbano le será dada, la majestad del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios.
Decid a los de corazón tÃmido: Esforzaos, no temáis. He aquÃ, vuestro Dios viene con venganza; la retribución vendrá de Dios mismo, mas El os salvará.
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oÃdos de los sordos se destaparán.
El cojo entonces saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo, porque aguas brotarán en el desierto y arroyos en el Arabá.
La tierra abrasada se convertirá en laguna, y el secadal en manantiales de aguas; en la guarida de chacales, su lugar de descanso, la hierba se convertirá en cañas y juncos.
Volverán los rescatados del Señor, entrarán en Sion con gritos de júbilo, con alegrÃa eterna sobre sus cabezas. Gozo y alegrÃa alcanzarán, y huirán la tristeza y el gemido.