Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Y le hizo cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos eran de una misma pieza con el altar, y lo revistió de bronce.
Hizo asimismo todos los utensilios del altar: los calderos, las palas, los tazones, los garfios y los braseros. Todos sus utensilios los hizo de bronce.
Y por debajo, debajo de su borde, hizo para el altar un enrejado de bronce en forma de red, que llegaba hasta la mitad del altar.
Y fundió cuatro argollas en los cuatro extremos del enrejado de bronce por donde se metÃan las varas.
Sus veinte columnas y sus veinte basas eran de bronce; los ganchos de las columnas y sus molduras eran de plata.
Por el lado norte habÃa cien codos; sus veinte columnas con sus veinte basas eran de bronce, los ganchos de las columnas y sus molduras eran de plata.
Por el lado occidental habÃa cortinas de cincuenta codos con sus diez columnas y sus diez basas; los ganchos de las columnas y sus molduras eran de plata.
Y por el lado oriental habÃa cincuenta codos.
Las cortinas a un lado de la entrada eran de quince codos, con tres columnas y sus tres basas,
y lo mismo al otro lado. A los dos lados de la puerta del atrio habÃa cortinas de quince codos, con sus tres columnas y sus tres basas.
Todas las cortinas alrededor del atrio eran de lino fino torcido.
Y las basas para las columnas eran de bronce, los ganchos de las columnas y sus molduras, de plata, y el revestimiento de sus capiteles, de plata, y todas las columnas del atrio tenÃan molduras de plata.
Y la cortina de la entrada del atrio de tela azul, púrpura y escarlata, y lino fino torcido era obra de tejedor. La longitud era de veinte codos y la altura de cinco codos, lo mismo que las cortinas del atrio.
El total del oro empleado para la obra, en toda la obra del santuario, es decir, el oro de la ofrenda mecida, fue de veintinueve talentos y setecientos treinta siclos, según el siclo del santuario.
Y la plata de los que fueron contados de la congregación, fue cien talentos y mil setecientos setenta y cinco siclos, según el siclo del santuario;
un becá por cabeza, o sea medio siclo, según el siclo del santuario, por cada uno de los que fueron contados de veinte años arriba, por cada uno de los seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
Los cien talentos de plata fueron para fundir las basas del santuario y las basas del velo; cien basas por los cien talentos, un talento por basa.
Y de los mil setecientos setenta y cinco siclos hizo ganchos para las columnas y revistió sus capiteles y les hizo molduras.
Y el bronce de la ofrenda mecida fue setenta talentos y dos mil cuatrocientos siclos.