A ti clamo, oh Señor; roca mÃa, no seas sordo para conmigo, no sea que si guardas silencio hacia mÃ, venga a ser semejante a los que descienden a la fosa.
Escucha la voz de mis súplicas cuando a ti pido auxilio; cuando levanto mis manos hacia el lugar santÃsimo de tu santuario.
No me arrastres con los impÃos ni con los que obran iniquidad, que hablan de paz con su prójimo, mientras hay maldad en su corazón.
Dales conforme a su obra y según la maldad de sus hechos; dales conforme a la obra de sus manos; págales su merecido.
Porque no tienen en cuenta los hechos del Señor ni la obra de sus manos, El los derribará y no los edificará.
Bendito sea el Señor, porque ha oÃdo la voz de mis súplicas.