Oh Señor, escucha mi oración, presta oÃdo a mis súplicas, respóndeme por tu fidelidad, por tu justicia;
y no entres en juicio con tu siervo, porque no es justo delante de ti ningún viviente.
Pues el enemigo ha perseguido mi alma, ha aplastado mi vida contra la tierra; me ha hecho morar en lugares tenebrosos, como los que hace tiempo están muertos.
Y en mà languidece mi espÃritu; mi corazón está consternado dentro de mÃ.
Me acuerdo de los dÃas antiguos, en todas tus obras medito, reflexiono en la obra de tus manos.
A ti extiendo mis manos; mi alma te anhela como la tierra sedienta. (Selah)
Respóndeme pronto, oh Señor, porque mi espÃritu desfallece; no escondas de mà tu rostro, para que no llegue yo a ser como los que descienden a la sepultura.