¡Aleluya! Daré gracias al Señor con todo mi corazón, en la compañía de los rectos y en la congregación.
Grandes son las obras del Señor, buscadas por todos los que se deleitan en ellas.
Esplendor y majestad es su obra, y su justicia permanece para siempre.
Ha hecho sus maravillas para ser recordadas; clemente y compasivo es el Señor.
Ha dado alimento a los que le temen; recordará su pacto para siempre.
Ha hecho conocer a su pueblo el poder de sus obras, al darle la heredad de las naciones.
Las obras de sus manos son verdad y justicia, fieles todos sus preceptos.
Son afirmados para siempre jamás, ejecutados con verdad y rectitud.
El ha enviado redención a su pueblo, ha ordenado su pacto para siempre; santo y temible es su nombre.
El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su alabanza permanece para siempre.