Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
Cuando Mardoqueo supo todo lo que se habÃa hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y ceniza, y salió por la ciudad, lamentándose con grande y amargo clamor.
Y llegó hasta la puerta del rey, porque nadie podÃa entrar por la puerta del rey vestido de cilicio.
Y en cada una de las provincias y en todo lugar donde llegaba la orden del rey y su decreto, habÃa entre los judÃos gran duelo y ayuno, llanto y lamento; y muchos se acostaban sobre cilicio y ceniza.
Y salió Hatac a donde estaba Mardoqueo en la plaza de la ciudad, frente a la puerta del rey.
Y Mardoqueo le informó de todo lo que le habÃa acontecido, y la cantidad exacta de dinero que Amán habÃa prometido pagar a los tesoros del rey por la destrucción de los judÃos.