los prÃncipes de los amonitas dijeron a Hanún: ¿Crees tú que David está honrando a tu padre porque te ha enviado consoladores? ¿No han venido a ti sus siervos para reconocer, para destruir y para espiar la tierra?
Entonces Hanún tomó a los siervos de David y los rapó, les cortó los vestidos por la mitad hasta las caderas, y los despidió.
Y viendo los hijos de Amón que se habÃan hecho odiosos a David, Hanún y los hijos de Amón enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo carros y hombres de a caballo de Mesopotamia, de Aram-maaca y de Soba.
Y los hijos de Amón salieron y se pusieron en orden de batalla a la entrada de la ciudad, y los reyes que habÃan venido estaban aparte en el campo.
Viendo Joab que se le presentaba batalla por el frente y por la retaguardia, escogió de entre los mejores hombres de Israel y los puso en orden de batalla contra los arameos.
Al resto del pueblo lo colocó al mando de su hermano Abisai; y se pusieron en orden de batalla contra los hijos de Amón.
Cuando los siervos de Hadad-ezer vieron que habÃan sido derrotados por Israel, hicieron la paz con David y le sirvieron. Y los arameos no quisieron ayudar más a los hijos de Amón.