Los filisteos pelearon contra Israel y los hombres de Israel huyeron delante de los filisteos y cayeron muertos en el monte Gilboa.
Los filisteos persiguieron muy de cerca a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.
Y arreció la batalla contra Saúl, los arqueros lo alcanzaron y fue herido por ellos.
Entonces Saúl dijo a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y hagan burla de mÃ. Pero su escudero no quiso, porque tenÃa mucho miedo. Por lo cual Saúl tomó su espada y se echó sobre ella.
Cuando todos los hombres de Israel que estaban en el valle, vieron que ellos habÃan huido y que Saúl y sus hijos habÃan muerto, abandonaron sus ciudades y huyeron; entonces los filisteos vinieron y habitaron en ellas.
Y sucedió que al dÃa siguiente, cuando vinieron los filisteos para despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos caÃdos en el monte Gilboa.
Lo despojaron, tomaron su cabeza y sus armas y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para que llevaran las buenas nuevas a sus Ãdolos y al pueblo.
Pusieron su armadura en la casa de sus dioses y clavaron su cabeza en la casa de Dagón.
Cuando oyeron los de Jabes de Galaad todo lo que los filisteos habÃan hecho a Saúl,
se levantaron todos los hombres valientes y se llevaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos, los trajeron a Jabes y enterraron sus huesos bajo la encina en Jabes, y ayunaron siete dÃas.