A la entrada de la casa del Señor, junto a la cámara de Natán-melec, el oficial que estaba en las dependencias, quitó los caballos que los reyes de Judá habÃan dedicado al sol, y prendió fuego a los carros del sol.
Al volverse JosÃas, vio los sepulcros que estaban allà en el monte, y envió a recoger los huesos de los sepulcros y los quemó sobre el altar, profanándolo, conforme a la palabra del Señor que habÃa proclamado el hombre de Dios que habÃa anunciado estas cosas.
Entonces el rey ordenó a todo el pueblo, diciendo: Celebrad la Pascua al Señor vuestro Dios como está escrito en este libro del pacto.
En verdad que tal Pascua no se habÃa celebrado desde los dÃas de los jueces que gobernaban a Israel, ni en ninguno de los dÃas de los reyes de Israel y de los reyes de Judá.
Los demás hechos de JosÃas y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
En sus dÃas subió Faraón Necao, rey de Egipto, contra el rey de Asiria junto al rÃo Eufrates. Y el rey JosÃas fue a su encuentro, pero Faraón Necao lo mató en Meguido en cuanto lo vio.
Faraón Necao hizo rey a Eliaquim, hijo de JosÃas, en lugar de JosÃas su padre, y cambió su nombre por el de Joacim. Pero tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto, y allà murió.
Y Joacim dio la plata y el oro a Faraón, e impuso contribuciones al paÃs para entregar el dinero conforme al mandato de Faraón. Exigió la plata y el oro del pueblo de la tierra, a cada uno conforme a sus bienes, para dárselo a Faraón Necao.