Y los capitanes de centenas hicieron conforme a todo lo que habÃa ordenado el sacerdote Joiada. Y cada uno de ellos tomó sus hombres, los que habÃan de entrar en el dÃa de reposo, junto con los que habÃan de salir el dÃa de reposo, y vinieron al sacerdote Joiada.
Entonces el sacerdote dio a los capitanes de centenas las lanzas y los escudos que habÃan sido del rey David, que estaban en la casa del Señor.
Y los guardias se colocaron cada uno con sus armas en la mano, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo de la misma, junto al altar y junto a la casa, alrededor del rey.
Entonces Joiada sacó al hijo del rey y le puso la corona, y le dio el libro del testimonio; hicieron rey a Joás y lo ungieron, y batiendo palmas, gritaron: ¡Viva el rey!
Al oÃr AtalÃa el ruido de la guardia y del pueblo, se llegó al pueblo en la casa del Señor,
y miró, y he aquà el rey estaba de pie junto a la columna, según la costumbre, y los capitanes y los trompetas estaban al lado del rey; y todo el pueblo del paÃs se regocijaba y tocaba trompetas. Entonces AtalÃa rasgó sus vestidos, y gritó: ¡Traición, traición!
Y le echaron mano; y cuando ella llegó a la entrada de los caballos de la casa del rey, allà la mataron.
Entonces Joiada hizo un pacto entre el Señor y el rey y el pueblo, de que ellos serÃan el pueblo del Señor; asimismo entre el rey y el pueblo.
Y todo el pueblo del paÃs fue a la casa de Baal y la derribaron, destruyeron completamente sus altares y sus imágenes y mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal. Y el sacerdote nombró oficiales sobre la casa del Señor.